Thursday, January 05, 2006

Los días viernes

Siempre me gustaron los días viernes. Soy capaz de trabajar un día completo para poder disfrutar de un atardecer de viernes en Rosario. Mi pareja puede atestiguarlo.
Es una predilección que se remonta a mis primeros años de estudiante universitario, cuando conseguí un empleo y me fui a vivir sin pensarlo demasiado con mi compañera de esos días.
Resulta curioso como algo tan básico como la posibilidad de disfrutar de un fin de semana puede ser capaz de levantar el ánimo del mortal más abatido.
Recuerdo que una vez, cuando sentí la necesidad de volver a una Iglesia, me llevé una gran sorpresa cuando mi confesor, un anciano duro que susurraba severamente con acento italiano, rechazó mis explicaciones sobre por qué consideraba que había pecado, yendo directamente al grano, preguntándome si tenía sexo con mi pareja los días viernes...
El último que pasó también vino con sorpresas. El micro que me llevaba desde Rafaela se rompió a medio camino y mi llegada se retrasó por más de una hora. Afortunadamente conseguimos un lugar donde cenar y vaya sorpresa, disfrutamos de un vino excelente que todavía no conocíamos. Tierra del Fuego es un trivarietal de la bodega Lurton que recomiendo fervorosamente, cualquier día de la semana.