Thursday, February 28, 2008

Buenos Aires extranjerizada

La ciudad capital de la Argentina se encuentra atiborrada de turistas extranjeros, quienes a diferencia de los nativos, disfrutan de los beneficios del tipo de cambio. Puede vérselos en todos lados y provienen de las más diversas nacionalidades. El punto de mayor atracción es, sin dudas, Puerto Madero, una urbanización que pretende mostar un país que solamente existe para una selecta minoría.


Un pausa clásica, en medio del modernismo.

Puerto Madero sobrevive como una suerte de testimonio de la Argentina ilusoria que predominó durante los noventa, aunque no por ello deja de poseer cierto encanto, sobre todo por el contraste de estilos arquitectónicos clásicos y modernos.
El resto de la ciudad conserva su ángel, aunque apesta debido a la superpoblación y especialmente a las toneladas de basura que puede verse por doquier en las calles y avenidas.
La inseguridad es otra mancha para la que alguna vez fue considerada con justicia la Atenas de Sudamérica, dado que afecta no solamente a los turistas extranjeros sino a la población en general.

Friday, February 08, 2008

La moderación pragmática de Binner

A casi dos meses de haber asumido, el gobernador Hermes Binner ya dio suficientes muestras del rumbo que tomará su gestión. Las señales tempraneras indican que el mandatario no se apartará de su clásico estilo moderado, aunque combinará la actitud prudente con un pragmatismo que podría permitirle sobrevivir en el convulsionado ámbito político nacional.
El estilo binnerista quedó rápidamente plasmado con la intermediación de la provincia en el conflicto suscitado entre los productores tamberos y la industria láctea, donde sin provocar al gobierno nacional, resultó decisivo para revisar la decretada rebaja del precio de la materia prima, una medida que tuvo la única virtud de generar un enfrentamiento que causó enormes pérdidas al sector, sin repercutir en los más mínimo en el control de precios al consumidor.
El propio gobernador y su ministro de la Producción se encargaron de enfatizar que la provincia simplemente se limitó a facilitar el diálogo entre las partes en conflicto, acercando a la administración nacional una alternativa que permitió su resolución.
Apenas unas semanas después y luego de visitar al ministro de Economía, Martín Lousteau, a quien se le reclamó la compensación de deudas que la Nación mantiene con la Provincia, el sector cárnico recurrió al mandatario para que repita la experiencia en el conflicto cárnico.
Binner no perdió el tiempo y siguiendo un guión que al parecer ya se sabe de memoria, dijo a la prensa nacional que es necesario garantizar el precio de la carne al consumidor.
El nuevo estilo volvió a hacerse patente hace unos días, cuando el acuerdo sellado entre el ex presidente Néstor Kirchner y su ex ministro, Roberto Lavagna, provocó críticas virulentas en toda la oposición.
“Tenemos que vivir estas situaciones como un reencuentro de los partidarios. Es importante que se repongan y se recompongan los partidos políticos porque son la base de la renovación democrática en nuestro país, de acuerdo a nuestra Constitución y leyes”, sostuvo con su habitual serenidad.
La desdramatización del polémico acuerdo, como sostuvo la prensa nacional más benévola con el kirchnerismo, no solamente representa una forma de diferenciarse del grueso de la oposición, sino que además expresa un sentido político agudo que no abunda en la vida institucional actual del país.
La frase tampoco se encuentra desprovista de una sutil ironía, dado que el mentado “reencuentro de los partidarios” en realidad refiere al error cometido por el radicalismo al ofrecerle la candidatura a presidente al ex ministro de Kirchner.
Para un socialista el problema no consiste tanto en que el peronismo sustraiga dirigentes, sino que el propio partido ofrezca sus espacios de poder a peronistas arrepentidos.
Los partidos pequeños saben cómo deben manejarse frente a la constante tentación justicialista y podrían compartir sus conocimientos con la centenaria UCR.

Valiente cortesía
El decir popular asegura que lo cortés no quita lo valiente y este parece ser el caso, ya que la moderación de Binner no le impide generar acciones de gobierno que como en el caso de la lechería, contradicen decisiones de la administración nacional, posicionándolo como una figura opositora de creciente envergadura.
El juego no es nuevo, ya que Binner coqueteó desde un primer momento con el naciente kirchnerismo, cuando el hoy fuera de moda concepto de “transversalidad” le sirvió para convivir con un asfixiante régimen de acumulación de poder.
El sobrio estilo binnerista tampoco impide que se instrumente una histórica reforma del Estado provincial que no registra antecedentes en los últimos cuarenta años. No cabría esperar otra cosa del primer gobernador socialista de la historia argentina y el primero en Santa Fe en quebrar una hegemonía peronista de casi 25 años.