El nulo protagonismo que las entidades agropecuarias les dieron a las figuras políticas que llegaron a la ciudad con el fin de expresar su respaldo y beneficiarse con la popular movilización, dejó sin argumentos a los colaboradores de la presidenta, quienes afirmaron que se trataría de un acto opositor.
La impecable organización que no solamente evitó tumultos sino también incidentes, permitió que el mensaje del campo se hiciera todavía más claro y se pintara de celeste y blanco para extenderse, desde el Monumento Nacional a la Bandera, hacia el resto del país.
Unos dos mil periodistas, entre ellos quien escribe, tuvieron a cargo la cobertura del acto que fue transmitido en vivo por los principales canales de TV del país.