Con motivo de los próximos juegos olímpicos de Beijing, la Asociación Mundial de Periódicos (WAN por sus siglas en inglés) puso en marcha una campaña de concientización sobre las restricciones a la libertad de expresión que rigen en China.
Además de convocar a los miembros del Comité Olímpico Internacional, atletas, patrocinantes y medios de comunicación para ejercer presión sobre el gobierno chino para que cumpla con sus promesas de reforma, la entidad organizará una conferencia internacional cuyo objetivo principal será llamar la atención mundial sobre las condiciones represivas que existen en China en cuanto al ejercicio del periodismo, donde en la actualidad hay más de treinta periodistas y medio centenar de “cíber disidentes” detenidos.
Según la organización que agrupa a los principales diarios del planeta “los medios de comunicación chinos continúan estando bajo un control draconiano por parte del gobierno. Como se sabe, los Juegos Olímpicos de Beijing están modelándose para ser la vitrina de China, pero estos eventos no deberían tener lugar sin la oposición activa de los participantes contra las condiciones represivas que lo rodean. Sería un escándalo taparse los ojos ante las violaciones de los derechos humanos”, declaró recientemente el consejo directivo de la WAN.
Como se dijo, la campaña impulsada por la asociación incluye una conferencia mundial dedicada a la situación de la libertad de prensa en China que se desarrollará en el mes de abril próximo en París.
Los casos de periodistas encarcelados por cumplir con su misión de informar son tan extravagantes como horrorosos. Por ejemplo, Li Changqing, quien acaba de ganar la Pluma de Oro de la Libertad, fue arrestado por el gobierno chino por haber alertado a los ciudadanos sobre la aparición de una epidemia de dengue antes de que lo hicieran las autoridades.
“Las sanciones contra Li por haber avisado acerca de una grave amenaza para la salud pública muestra el absurdo y la bancarrota de la política de control de la prensa instaurada por el régimen chino”, declaró el consejo directivo de la WAN al analizar y expedirse sobre el caso.
Llama la atención la actitud del gobierno chino que no tiene pruritos a la hora de liberalizar su economía pero restringe de manera implacable libertades individuales como el derecho a informarse y a informar que, según los tratados internacionales, constituyen derechos humanos tan legítimos como irrevocables.